La globalización empresarial y las disrupciones tecnológicas intensifican el impacto del riesgo reputacional para las empresas. Las organizaciones reconsideran ante este panorama sus enfoques de Gestión de Riesgos, para abordar estos riesgos acelerados y amplificados de manera proactiva.
Las redes sociales están creando un mundo más conectado y estructurado en redes, donde la información se amplifica rápidamente. Las tecnologías móviles disruptivas están llevando a una nueva era de hiperdisponibilidad, en la que las personas están siempre disponibles y conectadas. Esto implica que las organizaciones tengan en cuenta un riesgo reputacional que antes de la era digital no existía.
Los consumidores son cada vez más conscientes y muestran su activismo para presionar a los negocios a ser socialmente responsables y transparentes. Hay nuevas estrategias de marketing multicanal construidas sobre plataformas de redes sociales, para una mayor interactividad de los consumidores y menos control de las marcas. Los modelos de negocios distribuidos globalmente están aumentando sus dependencias de terceros y otros accionistas.
El control del riesgo reputacional en las empresas del siglo XXI
Ante este contexto y de acuerdo al informe «The future of risk. New game, new rules» elaborado por Deloitte, las compañías deben desarrollar nuevas capacidades para una gestión de crisis proactiva en relación a la marca y analizar continuamente las fuentes de medios con herramientas tecnológicas inteligentes para monitorear los riesgos reputacionales. Por un lado, se han de iniciar campañas para audiencias específicas y desarrollar un programa de embajadores externo para promover que haya defensores externos de la marca. Por otro lado, en Risk Management se debe fomentar una cultura más inteligente frente a los riesgos, con herramientas, recursos y oportunidades de capacitación para ayudar a los empleados a ver lo que sus acciones provocan en la reputación empresarial.
Las empresas tienen que ser conscientes de que la actividad personal en línea de los empleados puede causar daños en la reputación de la organización. Algunas compañías pueden estar forzadas a responder a los eventos de riesgo en apuros, sin investigar la situación completamente.
La gestión de los riesgos reputacionales, por tanto, es un reto para las empresas en los próximos años. Es vital que los profesionales que quieran dedicarse a la Gestión de Riesgos en organizaciones de prestigio dominen este concepto. Para ello, seguir formándose en el sector es una opción de utilidad.
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