Las medidas rigurosas llevadas a cabo por los reguladores sumado a la condición cambiante del mercado y de las condiciones económicas hacen que la Gestión de Riesgos sea una tarea particularmente difícil para las empresas de servicios financieros. Los riesgos tecnológicos emergentes, como los que planean los ataques cibernéticos, son otro problema para las empresas a la hora de operar. La presión sobre los márgenes de trabajo y el impulso para reducir los costos hace que las empresas necesiten sacar más de sus funciones de Gestión de Riesgos.
Riesgo electrónico emergente
Si bien la seguridad cibernética ha ido aumentando constantemente la agenda corporativa en los últimos años, tal vez 2016 se recordará como cuando la cuestión llegó a considerarse como el mayor riesgo que enfrentan las organizaciones en general. Ataques cibernéticos rusos contra el partido demócrata de Estados Unidos fueron ampliam ente culpados por influir en el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
A nivel corporativo, los escándalos de la seguridad cibernética de alto perfil revelaron que incluso las empresas tecnológicas pueden luchar para mantenerse al tanto de los riesgos emergentes.
Con los ciber atacantes cada vez más sofisticados en su enfoque, es cuestión de tiempo que se produzca un ataque de nivel alto en la industria de los servicios financieros.
Automatización
Con los bancos que enfrentan presiones competitivas de los nuevos participantes, como fintechs, así como la constante presión sobre los márgenes de los bajos tipos de interés y los préstamos no perseguidos, no es de extrañar que la falta de fondos/recursos sea una de las grandes barreras al éxito.
En combinación con esto, una carga regulatoria cada vez mayor efectivamente significa que las empresas están bajo presión para hacer más por menos. Con este telón de fondo, la automatización de las funciones de control de riesgos ha ganado popularidad, ya que puede hacer que el control de riesgos sea más eficiente, aumentando la eficacia y la consistencia al mismo tiempo que resulta más rentable, con la necesidad de una intervención humana muy reducida.
Reputación y marca
La publicidad adversa de los escándalos relacionados con acontecimientos como los ataques cibernéticos o la mala conducta de los empleados demostró ampliamente que puede perjudicar significativamente la reputación y las marcas de las firmas. Con este telón de fondo se considera la reputación y la marca de la empresa como un impulsor principal de las prioridades operacionales de riesgo.
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