La calidad es la capacidad de un conjunto de características intrínsecas para satisfacer requisitos, de acuerdo a la norma ISO 9000. Su gestión guarda relación con los requerimientos para la satisfacción de necesidades y debe ser contemplada en la Gestión de Riesgos de cualquier organización.

Los productos se caracterizan por unos requisitos, especificaciones y modos de uso. En función de cuáles sean sus cualidades y de estos aspectos, se determinará su calidad para la satisfacción o no de las necesidades de las personas. Se trata de cumplir con la expectativa de calidad de los individuos.

Principios básicos para la gestión de la calidad

La gestión de la calidad implica un proceso de mejora continua. Consiste en identificar los errores para evitar volver a cometerlos. De este modo, los principios básicos de la calidad son los siguientes:

• Prevención.
• Mejora continua.

El ciclo de Deming se basa en planificar, hacer, controlar y actuar:

• Planificar. Implica la definición de objetivos y planificación de acciones.
• Hacer. Consiste en la implementación de las acciones correctivas.
• Controlar. Se trata de la verificación del cumplimiento de los objetivos.
• Actuar. Es la toma de medidas preventivas, según los resultados.

En Risk Management y contemplando ISO 9000, la gestión de la calidad implica no solamente a los empleados o a la alta dirección, sino a toda la empresa. Su proceso conlleva cambios en un proceso continuo para la eliminación de defectos. Su correcta gestión implica la implementación de herramientas y técnicas para mejorar la calidad del producto o servicio, gracias al aumento de la productividad de la compañía.

El control de la calidad para la Gestión de Riesgos se centra en la satisfacción de los clientes, al mismo tiempo que en el cumplimiento de los objetivos empresariales, con su aplicación en todos los procesos de la compañía. ISO 9000 recoge un conjunto de normas sobre la calidad y su gestión, para su aplicación en aquellas empresas orientadas a la producción de bienes y servicios.