La contabilidad refleja el estado económico-financiero y patrimonial de la empresa, de un modo determinado y convencional. Por ello, cualquier profesional que opte a ocupar cargos en la Dirección Financiera de una empresa ha de conocer los principios de la contabilidad, así como el método contable. Y dentro de esa área, es importante dominar las etapas del ciclo contable.

Qué es el ciclo contable en contabilidad

El ciclo contable está marcado por el factor tiempo. Y es que, en contabilidad interesa separar el corto plazo (un año o menos) del largo plazo. Sólo de esta forma una empresa podrá prever las necesidades inmediatas y tener saneadas sus cuentas. Por lo general, el año es la medida de tiempo usada en el ciclo contable, porque al final del mismo se realiza el llamado cierre contable. Así, el ciclo de la contabilidad estará marcado por una etapa de apertura, una etapa de registro de las transacciones y otra etapa de cierre.

Este año al que se refiere el ciclo contable puede ser un año natural, o comprender los meses de septiembre a agosto, por ejemplo. De esta forma ocurre en el sector académico. Así, el ciclo contable puede comenzar y acabar en cualquier mes del año, siempre que esté justificado esta forma de controlar las cuentas de la empresa.

Qué incluye el cierre anual de la contabilidad

El cierre anual de la contabilidad se produce en la última etapa del ciclo contable. En ella, se calculan los siguientes aspectos:

• Los ingresos generados en el periodo contable: Se eliminan los ingresos que no correspondan. Es decir, los ya cobrados, pero no ejecutados. Además, se registran los ingresos realizados, aunque no se hayan cobrado todavía.
• Los gastos asociados a esos ingresos. Para ello, se eliminan también los gastos que no correspondan. Es decir, los ya pagados pero no recibidos. Por otro lado, se registran los gastos ejecutados, aunque no se hayan pagado.

Al cierre del ejercicio se realizan otra serie de comprobaciones para asegurar que no falta ni sobra nada. Y una vez obtenido el resultado del ejercicio, como diferencia de ingresos y gastos, se incorpora como mayor o menor patrimonio.

El fin de seguir este ciclo contable es reflejar la imagen fiel de la empresa. Y no sólo de un modo estático (en el balance), sino también dinámico (en la cuenta de resultados) o bajo la perspectiva de la tesorería (estado de flujos de efectivo).

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