Existe cierto desconocimiento sobre lo que el Legaltech puede aportar en sectores más tradicionales como el del cumplimiento corporativo o el sector jurídico. Esto hace que sea algo todavía bastante novedoso. Si tuviéramos que marcar el inicio del boom de esta tecnología legal, podríamos decir que fue a partir de la crisis financiera ocurrida en 2008.

La también llamada Legal Technology ha supuesto un antes y un después en la forma de trabajar de las grandes firmas legales. Y no solo esto, las rondas de financiación son cada vez más frecuentes, prueba de ello es el surgimiento de diferentes startups Legaltech.

Al final todo se reduce al factor riesgo y el Legaltech trabaja precisamente en eso, en reducir la exposición de las empresas, evitando así que se materialice en hechos mucho más graves.

¿Qué relación existe entre el Legaltech (Legal Technology) y el Compliance?

Antes de pasar a definir la relación que existe entre el Legaltech y el Compliance, creemos que es importante que sepas primero qué es el Compliance. Este concepto se emplea de manera habitual en empresas de gran tamaño, se refiere al cumplimiento interno y es responsabilidad de todos los trabajadores. El compliance tiene como foco salvaguardar la reputación de la empresa. Abarca desde lo más sencillo, como el respeto entre los equipos, hasta el establecimiento de normas para evitar casos de corrupción u otros comportamientos sancionables.

Si extrapolamos el significado del compliance y lo unimos al de Legaltech da como resultado algo parecido. El Compliance Legaltech busca ofrecer soluciones adecuadas a las demandas por parte de los usuarios de manera segura. También pretenden cumplir con los requisitos en materia de seguridad al tratarse de información sensible y automatizar algunos procesos dentro del sector jurídico.

¿Qué beneficios tiene esta tecnología legal?

• Supone la digitalización de los departamentos de compliance de las grandes corporaciones, lo que reduce costes.
• Al ciudadano de a pie le permite utilizar programas informáticos para realizar solicitudes y consultas sin necesidad de recurrir a un abogado.
• Para ciertos profesionales, como los letrados, es una manera de simplificar su proceso de trabajo. Reduce los tiempos de gestión, agiliza los trámites y soluciona cualquier cuestión de manera ágil.
• Cada vez es más habitual ver en las páginas de los bufetes de abogados la posibilidad de realizar consultas online (lo que se conoce como abogados digitales).
• El cliente final concibe todos estos puntos anteriores como un valor añadido al servicio que de por sí ya se ofrece.

Se trata, por tanto, de un sector en auge para el cuál se necesitan a profesionales muy cualificados en materia de tecnología jurídica y compliance.

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